El 1 de noviembre del año pasado paseando por la playa de Blanes estuve hablando por teléfono con Manu de la eventual posibilidad de un proyecto efímero (pop up) en un local en el corazón del barrio Grácia. La idea vino del gerente de la “A Casa Portuguesa” y parecía buena. Un pequeño detalle, toda la idea se tenia que materializar en menos de un mes. Es decir espacio, producto, branding, envoltorios. Decidimos afrontar el desafío y nos pusimos a trabajar con un nivel de adrenalina bien elevado a realizar un sueño para cualquier arquitecto o diseñador: pensar y realizar un especie de proyecto total que abarcaba desde sabores y aromas pasando por diseño de productos hasta la construcción del espacio y su mobiliario…Todo el trabajo hicimos con la estrecha colaboración de Jabier Poveda maestro chocolatero y caramelero. Aquí podéis ver el resultado.
El espacio en si resultó ser más bien una tienda estable que un pop up. A lo mejor en parte fue por influencia de la propuesta gastronómica.
Ante todo informal. Un taller abierto para producción y para talleres de aficionado y profesional. Las intervenciones fueron pocas y estratégicas. Vaciamos al máximo el espacio heredado, multiplicamos la iluminación aclaramos y repintamos algunas superficies. El mobiliario consiste en una mesa grande de obrador que es el centro de la actividad del taller y otro mueble expositor en la parte tienda. Es un mueble de panadería antiguo rejuvenecido, regalo de la panadera al lado del taller de Colectivo Bajel. El interior se va completando con piezas temporales, improvisadas a veces un poco fuera de lugar como parte del proceso de la búsqueda de una configuración definitiva.
El espacio después de la era pop up pasará por otra reforma para ajustarlo al funcionamiento estable del negocio.
El proyecto gastronómico es un mundo a parte. Con pocas palabras: dulces del mundo.
Recetas tradicionales a veces hasta caseras hechas con azúcares y chocolates.
